Si tener a tu cargo personas u organizaciones es ordinariamente un desafío, tener que hacerlo en los últimos años ha sido significativamente más difícil porque en múltiples frentes las reglas de juego están cambiando. Y lo están haciendo para todas las personas al mismo tiempo. Muchos tuvimos que aprender a gestionar equipos a través de la incertidumbre de una pandemia, al mismo tiempo que teníamos que aislarnos en casa y desinfectar nuestros vegetales.

Liderar humanos nunca es fácil: vienen con toda una serie de expectativas, emociones, y particularidades que tenemos que aprender a navegar efectivamente. Y la realidad no lo está haciendo más fácil para ninguna de las partes. Es más, en situaciones de incertidumbre y ambigüedad muchas veces el impulso natural que surge es el de aferrarse a las formas conocidas sin detenerse a pensar si siguen siendo relevantes y efectivas.

Hoy quiero hacer algo un poco diferente y regresar sobre algunas de las historias que hemos explorado en los últimos meses — la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, los mandatos del retorno a la oficina, y el impacto de la inteligencia artificial en las organizaciones — porque vale la pena saber en qué andan hoy, y especialmente porque nos dan una oportunidad para extraer lecciones sobre liderazgo que pueden sernos útiles a todas y todos. Cualquier persona que se encuentre hoy en una posición de liderazgo, más alta o más baja, está experimentando lo difícil que es encontrar el equilibrio entre agendas divergentes y una avalancha de información nueva que nunca termina. Y cualquiera que observe a las personas que lideran sus equipos y organizaciones podrá ver con facilidad cómo están intentando hacer sentido de esa avalancha de mejor o peor manera.

Por difícil que suene, creo que las y los líderes en este momento tendrían sobre todo que estar buscando nuevas preguntas — y aunque eso suena inmediatamente a un cliché despreciable, la verdad de la milanesa es que es mucho más difícil de lo que parece. La mayor parte del tiempo estamos desesperados por tener respuestas: recibimos mensajes, llamadas, visitas llenas de preguntas que cargan la expectativa de una respuesta, y si no la tenemos, ¿entonces quién? Suena cliché decir que la pregunta es más importante, pero es de hecho bastante difícil poner el cliché en la práctica.

Entonces hoy voy a revisitar estas tres historias en busca de preguntas interesantes que podríamos estar haciendo y cuya exploración puede ayudarnos a refinar y recalibrar nuestro estilo de liderazgo para estos tiempos raros y volátiles que estamos viviendo. En muchos casos se trata de preguntas que incluso vale la pena explorar junto con tu equipo y con tus pares — porque como las respuestas no son evidentes, se benefician de tener la mayor cantidad de perspectivas posible. La manera como avanzamos es probando cosas, compartiendo aprendizajes, y apoyándonos en todas esas cosas que otras personas están probando y aprendiendo.

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