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En un contexto de permacrisis y volatilidad económica en América Latina, la inteligencia artificial emerge como un catalizador inesperado para fortalecer la resiliencia de pequeñas y medianas empresas. Estas organizaciones, muchas veces relegadas en la carrera de la transformación digital, ahora pueden acceder a herramientas de IA accesibles y fáciles de usar, como ChatGPT, para recibir asesoramiento de negocios, optimizar procesos y hasta generar software personalizado. El acceso democratizado a la inteligencia artificial podría ser el viento a favor que estas empresas necesitan para navegar la tormenta económica inminente, redefiniendo la digitalización desde abajo hacia arriba.

El próximo año va a ser un año difícil. El año pasado hablábamos ya sobre cómo estábamos entrando en un largo invierno y acostumbrándonos a la idea de una permacrisis que nunca termina. Pero todo parece indicar que el próximo año también estará marcado por la volatilidad, con múltiples economistas indicando que el prospecto es el de una economía débil.

Bueno pero denme alguna buena noticia.

En América Latina no va a ser distinto, y en el Perú lo estamos experimentando ya con mucha violencia — literal y metafórica. Hace apenas unos días y luego de resistirse a aceptarlo por mucho tiempo, el Ministro de Economía aceptó por fin que estamos en una recesión, y esto cuando estamos a punto de empezar a sentir el impacto del Fenómeno de El Niño en tiempos de emergencia climática. Si bien el Perú puede estar viviendo todo esto en una forma bastante extrema, con diferentes matices podemos encontrar condiciones similares a través de la región.

Creo que es importante pensar en cómo vamos a fortalecer la resiliencia de nuestras economías de cara a la tormenta inminente que se nos viene — y parte de esa resiliencia implica pensar en cuál será el impacto en las pequeñas y medianas empresas de la región, así como en los negocios informales. Las organizaciones pequeñas representan la abrumadora mayoría del total de empresas en la región, y si bien no representan la mayor contribución a la economía, sí son las principales generadoras de empleo. Pero también son sumamente vulnerables, con muchas de ellas operando para mantener su propia subsistencia y sin mayor margen para resistir shocks externos, ni para invertir en grandes iniciativas de transformación.

Y es aquí donde creo que entra una variable inesperada: el crecimiento explosivo en el acceso a herramientas e inteligencia artificial en el último año. De pronto la inteligencia artificial nos está permitiendo hacer muchísimas cosas que antes no podíamos, a una fracción del tiempo y el costo. De modo que es razonable preguntarnos si la inteligencia artificial podría tener también un potencial para ayudarnos a fortalecer la resiliencia de esas organizaciones más chicas y brindarles herramientas para despegar productiva y creativamente.

En lo que sigue quiero explorar esta pregunta, empezando por entender por qué la fiebre de la transformación digital no ha sido accesible para la enorme mayoría de organizaciones — y cómo la inteligencia artificial está manifestándose de manera diferente. A partir de ahí podemos explorar las potenciales oportunidades de que cualquier organización pueda tener un consultor de negocios de primer nivel directamente en su teléfono todo el tiempo, y cómo nuevas integraciones y automatizaciones pueden permitir la digitalización de operaciones de negocio de una manera mucho más simple que en el pasado.

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